lunes, 6 de febrero de 2012

"Carmen hazme el favor de"

Sentí que iba a explotar, si,  un día de estos explotaría. Necesitaba un respiro, aunque solo fueran dos minutos para descansar, para pensar en mis cosas o simplemente para desconectar.

Pero no, ni eso eran capaces de darme, “Carmen hazme el favor de sacar al perro mañana” “Carmen hazme el favor de echar un ojo al trabajo de literatura” “Carmen hazme el favor de esto…””Carmen hazme el favor de lo otro…” día tras día me levantaba con las cinco palabras claves “Carmen hazme el favor de”

Todo hubiera sido distinto si hubiera sido capaz de decir no alguna vez, pero era algo superior a mí, no sabía decirlo y si había algo que no pudiera hacer, me sentía tan mal que acababa haciéndolo otro  día o en otro momento.

Día tras día todo para el mundo y nada para mí; puede sonar egoísta , pero pasó porque estaba harta, quería que hubiera algo para mí, yo daba todo por los demás ¿por qué no podía la vida darme algo a mi?

Le maté, le maté cuando la eligió a ella y no a mí, yo le amaba, le amaba y se lo demostré cada día, y en cambio la eligió a ella.

No podía permitirlo, no iba a aguantar más, por lo que cogí la pistola, una simple pistola de perdigones que tenía en el maletero y le disparé, una y otra vez, hasta que cayó al suelo, Tras ello, con un cuchillo le termine de matar, pobrecito una cosa es que muriera, y otra que sufriera.

Una vez hecho eso, con el mismo cuchillo, un cuchillo carnicero, fantástico para la matanza del pueblo, comencé a cortarle miembro a miembro, y cada uno de sus miembros en trocitos hasta que solo fueron un montón de trozos de huesos, músculos y carne. Tras ello le metí en varias bolsas de congelado y de ahí al arcón.

Hubiese sido el crimen perfecto, nadie, absolutamente nadie tenía por que enterarse, pero fui traicionada, fui traicionada por mi conciencia.

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