martes, 7 de enero de 2014



Estado de nervios


Siempre supe que podría hacerlo, solo tenia que cerrar los ojos, respirar hondo y calmarme, únicamente eso y lo conseguiría, pero siempre fue mas fácil decirlo que hacerlo.

Esa mañana me desperté confiada, era el día, lo iba a hacer, por fin, no podía fallar de nuevo, me duche, me vestí tranquila y desayune, todo eso con el Rock FM a tope, así por lo menos no pensaría en lo que tenia que hacer. Nada mas terminar de desayunar llamaron a la puerta y salí corriendo, nos fuimos.

En ese momento ya en el coche los nervios empezaron a subir por mi cuerpo, tenia un fuerte nudo en el estomago, sentía hasta que me costaba respirar, pero había practicado mucho, no podía permitir que los nervios me traicionaran de nuevo, respire hondo, cerré los ojos y así estuve hasta mi destino.

Salí del coche y me subí al otro era la primera, y no fui capaz, tenía el corazón encogido, las manos me temblaban, todo mi cuerpo sudaba, incluso sentía nauseas, salí del coche ahogada, bloqueada... ese día tampoco me sacaría el carne de conducir.

jueves, 9 de febrero de 2012

El violinísta

Les prometo que nunca he creído en los espíritus, ni en fantasma, en nada sobrenatural, era de las que decía que eran bobadas, para entretener a los niños o para sacar dinero a los supersticiosos. Pero tras lo ocurrido la semana pasada, he empezado a replanteármelo.

La música comenzó hace un mes, a las 8 de la mañana empezaba esa suave y envolvente melodía de violín con la que me levantaba, seguía cuando me iba, y permanecía cuando volvía del trabajo, siempre triste, siempre lenta, finalizaba a las 12 de la noche, hasta la siguiente mañana, sin retrasarse jamás.

El primer día que tuve libre, un sábado, quise averiguar de dónde venía esa música, tenía curiosidad por saberlo, necesitaba saber quién tocaba así, quién transmitía tanto.

Bajé por el pasillo, escuché puerta tras puerta, hasta averiguar de dónde venía esa música, hasta que estuve segura de que era el piso de debajo de mí casa, debió haberse mudado hace poco, pues esa casa estaba en venta.

Decidí sentarme en el pasillo a esperar a que saliera, pero al final cedí y volví a casa, la música continuaba, llegue a pensar que era la radio, o quizás un CD, pero aún así, alguien debía ponerlo y quitarlo.

Bajé al día siguiente y permanecí sentada en la escalera, esperando a que saliera. Todos los fines de semana a lo largo del mes, hacía lo mismo hasta que no aguantaba más y volvía a casa.

El último domingo del mes, harta de esperar a que alguien saliera, llamé a la puerta, nadie contestó, llamé durante algo más de diez minutos, pero ni la música paró, ni obtuve respuesta. Por última vez, volví a casa.

Sobre las diez de la noche, unas horas más tarde de mi vuelta a casa, escuché un grito, la música paró, y comencé a escuchar golpes en su lugar, como si alguien se estuviera peleando, sin atreverme a bajar, llamé a la policía.

La pelea continuó hasta poco antes de que llegara la policía. Les conté todo lo que había pasado, pero cuando fueron al piso de la pelea y la abrieron tirándola abajo, por no obtener respuesta, el piso estaba vacío, no había ni personas, ni muebles, nada.

Decidieron hablar con el portero, hacía más de un año que no vivía nadie ahí, desde que un famoso violinista del conservatorio de Madrid, fue brutalmente asesinado, en ese mismo piso.

lunes, 6 de febrero de 2012

"Carmen hazme el favor de"

Sentí que iba a explotar, si,  un día de estos explotaría. Necesitaba un respiro, aunque solo fueran dos minutos para descansar, para pensar en mis cosas o simplemente para desconectar.

Pero no, ni eso eran capaces de darme, “Carmen hazme el favor de sacar al perro mañana” “Carmen hazme el favor de echar un ojo al trabajo de literatura” “Carmen hazme el favor de esto…””Carmen hazme el favor de lo otro…” día tras día me levantaba con las cinco palabras claves “Carmen hazme el favor de”

Todo hubiera sido distinto si hubiera sido capaz de decir no alguna vez, pero era algo superior a mí, no sabía decirlo y si había algo que no pudiera hacer, me sentía tan mal que acababa haciéndolo otro  día o en otro momento.

Día tras día todo para el mundo y nada para mí; puede sonar egoísta , pero pasó porque estaba harta, quería que hubiera algo para mí, yo daba todo por los demás ¿por qué no podía la vida darme algo a mi?

Le maté, le maté cuando la eligió a ella y no a mí, yo le amaba, le amaba y se lo demostré cada día, y en cambio la eligió a ella.

No podía permitirlo, no iba a aguantar más, por lo que cogí la pistola, una simple pistola de perdigones que tenía en el maletero y le disparé, una y otra vez, hasta que cayó al suelo, Tras ello, con un cuchillo le termine de matar, pobrecito una cosa es que muriera, y otra que sufriera.

Una vez hecho eso, con el mismo cuchillo, un cuchillo carnicero, fantástico para la matanza del pueblo, comencé a cortarle miembro a miembro, y cada uno de sus miembros en trocitos hasta que solo fueron un montón de trozos de huesos, músculos y carne. Tras ello le metí en varias bolsas de congelado y de ahí al arcón.

Hubiese sido el crimen perfecto, nadie, absolutamente nadie tenía por que enterarse, pero fui traicionada, fui traicionada por mi conciencia.

viernes, 3 de febrero de 2012

El Psiquiátrico

¡Lo sé!, No hace falta que me lo repitan, se que vivía en un mundo de fantasía, lo sé, pero era feliz en él, dentro de él, encontré mi felicidad.

Quizás fuese una felicidad falsa, quizás solo existía en mi cabeza y me apartaba del mundo real.  Pero era mi felicidad y mi mundo y el no tenía derecho a arrebatármelo, a romper mi mundo en mil pedazos, no tenía derecho a destruirme de ese modo, y mucho menos alegando que lo hacía por mí, por eso tuve que matarle, era él o yo.

No quiero darles lástima, no quiero escuchar allá donde voy: “Oh pobrecita” “No sabía lo que hacía” “está loca”. No, no quiero oírlo más, de los asesinos no se siente lástima, y yo soy una asesina, le maté, le maté yo, y no me arrepiento de ello.

Se lo buscó con cada una de sus preguntas, cada vez que me remitía a un recuerdo pasado, a mi infancia, a mis miedos o a cualquier parte de mi vida, el también sentía lástima por mí.

Pero la vida que quería hacerme recordar ya no existe, tengo una mejor, una en la cual no os necesito, no os necesito a ninguno; y cada vez que me visitaba, el intentaba quitármelo.

Decía que intentaba ayudarme a superar el accidente, pero solo consiguió recordármelo, recordarme todo lo que había perdido tras él.

Pero ya está, él ya no existe, no puede volver a robármelo, es mío. Me quieren traer a otro ladrón de sueños y felicidad, pero volveré a destruirle.

Voz exterior: Señorita ya está aquí el Doctor Krais.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Sin ti no, pero contigo tampoco

Nací dentro de una familia de clase alta, con grandes expectativas hacia mí y hacia mi hermano. Traté de estar siempre arriba en su nivel de exigencias tanto con los estudios como en los eventos sociales, siempre deseando agradar a mis padres, y a mi familia, sin llegar a saber realmente quién era yo, lo que quería, mis deseos y expectativas hasta que ya fue demasiado tarde.

En una de esas reuniones, en tu casa es cuando me enamoré de ti, recuerdo esa noche de nuestros 18 años como si hubiese sido ayer, cuando nos presentaron y ahí estabas tú tan guapo, alto, elegante, seguro de ti mismo, me quedé tan prendada de ti, que casi dejo caer mi copa, cuando lo evitaste cogiendo mis manos, supe que estaría contigo siempre.

Tras ello, quedamos muchas veces, siempre sabías muy bien lo que querías, siempre elegías la hora, el sitio, y hasta lo que ambos debíamos comer y beber, y tonta de mi, seguí enamorándome de esa dominante personalidad, sin darme cuenta de que me estabas inhibiendo aún más de lo que lo hacía mi familia.

Fui a estudiar magisterio, a la universidad donde tu ibas a estudiar derecho, no porque fuera la mejor o la que más me gustaba, no, la elegí porque es donde tu ibas, yo estaba cegada y mi familia jamás diría nada, al fin y al cabo como más adelante he aprendido, en nuestro mundo las apariencias son lo primero y tu posición social era inigualable.

Fui perdiendo poco a poco mis verdaderas amistades, mi vida empezabas a ser tu, tú y tu circulo, hasta el punto que en nuestra boda fue todo el pueblo, tu bufete, nuestras familias, y yo es cuando comencé a sentirme sola, más que una boda, comenzaba nuestra vida juntos como una reunión de negocios. Pero esa ha sido y es toda nuestra vida, cada fiesta, cada reunión, cada vez que me arreglo, y salimos es porque lo necesitas para el trabajo.

Solo te preocupas por ti y por tu trabajo, y cuando me hablas, no me hablas, me ordenas, dejé de escribir por ti, porque decías que me llenaba la cabeza de pájaros, ¿y ahora quieres que deje la escuela? Que es lo único que me permite ser feliz, tener mi vida, y no ser un complemento para sacar en eventos.

Día a día me doy cuenta de todas aquellas cosas que me enamoraron de ti, son las que ahora quemaría, destruiría hasta hacer cenizas. Ya que una relación es de dos personas y en esta solo existes tú, tú y tus necesidades, quiero volver a aparecer ante ti, pero siendo yo misma, no la que querían que fuera, ni la mujer que cocina para ti y tu gente.

Me has robado a mi familia, mis amigos, mi matrimonio, y hasta mi felicidad y por más que hables de ellos e insistas, no pienso permitir que me des hijos, quizás serian mi salvación, pero sería cruel que nazcan en una familia sin felicidad, sin escucha, sin compatibilidad.

Te he amado, y sé que si me prestaras un tercio de la atención que le prestas a tu empleo volvería a estar felizmente enamorada, tendrías sonrisas con tu desayuno y no lágrimas.

Jamás seré capaz de odiarte y no sé si podría separarme de ti, pero lo que sé a ciencia cierta es que tú también me has querido, has querido pasar el resto de tu vida conmigo porque me amabas y si consiguiera que pasáramos tan solo un día, un día juntos a solas, volverías a querer compartir tu vida conmigo. Te quiero por tus defectos y en cambio te odio por tus virtudes.